martes, 6 de enero de 2009


LA RUMIA
La rumia corresponde a un complejo proceso. Durante ésta se presenta una contracción adicional del retículo la que precede la contracción normal bifásica. Esta contracción eleva el contenido reticular hasta el nivel del cardias. Este se relaja, aumentando la abertura del esófago. Aunque los cambios de presión que ocurren durante el ciclo de mezcla en el retículo y rumen son suficientes para propulsar la digesta al esófago, existe evidencia que el animal, durante la rumia, contrae el diafragma y cierra la glotis, reduciendo de esta manera la presión intratorácica a valores por debajo de la atmosférica, produciéndose así un gradiente de presiones en el esófago. Una vez aquí el bolo es llevado por movimientos antiperistálticos. hacia la boca. La fracción líquida y particulada pequeña en suspensión es redeglutida, mientras el material fibroso del bolo es remasticado. La rumia implica 26.500 movimientos mandibulares adicionales al día.
El proceso de la rumia tiene como efecto una intensa maceración de los tejidos vegetales con lo que aumenta la superficie libre de exposición a la acción microbiana.
El bolo rumiado es deglutido, llega al rumen y allí es remezclado con el contenido ruminal. Inmediatamente después de la entrada de un bolo rumiado al rumen es regurgitado un segundo bolo. Dado que la regurgitación precede al ciclo de mezcla, y la rumia es sincrónica con el mezclado ruminal, solo un bolo es rumiado por ciclo de mezcla.
Aunque la regurgitación no discrimina completamente la digesta rumiada de la norumiada, el bolo rumiado contiene poco alimento que ha sido recientemente ingerido ya que éste se agrupa principalmente en el saco dorsal del rumen, y su mezcla demora algún tiempo. En general los rumiantes gastan 5 a 10 hrs al día en rumia, divididas en 10 períodos de 0,5 a 1,0 hrs, períodos que son más frecuentes durante la noche.

EL ERUCTO
El eructo es un mecanismo por el cual el rumiante elimina grandes cantidades de gas producidas como resultado de la fermentación ruminal. Se puede presentar asociado a contracciones primarias o secundarias, entendiéndose estas últimas como contracciones extras de alguna región rumino-reticular que ocurren en el ciclo de mezcla. El gas llega a la zona cardial con la relajación del retículo y saco ventral del rumen que es coincidente con la contracción del saco dorsal. El cardias y una zona anterior a él (esfínter diafragmático) son relajados permitiendo el paso de gas al esófago torácico. Una vez que el esófago se encuentra lleno de gas el cardias y esfínter diafragmático se cierran, y el esfínter faringoesofágico se relaja de manera que el gas es forzado a llegar a la nasofaringe a velocidades de 150-200 cm/seg. Antes de su expulsión el esfínter nasofaríngeo se cierra, la glotis permanece abierta y los labios cerrados, de manera que 70 a 80% del gas eructado penetra al tracto respiratorio.
El reflejo del eructo se desencadena por estimulación de gases sobre receptores sensitivos de la zona del cardias, lo que contrariamente son inhibidos por líquidos y sólidos.
REFERENCIAS
1. Cronje, P.; E.A. Boomker (2000). Fisiología de rumiantes: digestión, metabolismo, crecimiento y reproducción. Wallingford, Oxfordshire, Reino Unido: CABI Publishing. ISBN 0851994636.
2. Dijkstra, J., J. M. Forbes, J. Francia (2005). Aspectos cualitativos y cuantitativos de Rumiantes digestión y metabolismo, 2 ª edición. Wallingford, Oxfordshire, Reino Unido: CABI Publishing. p. 736 páginas. ISBN 0851998143.
3. http://www.cabi.org/bk_BookDisplay.asp?PID=1868. Hobson, P.N.; C. S. Stewart (1997). El Rumen los ecosistemas microbianos, 2 ª edición. Nueva York: Springer. ISBN 0751403660.